Durante 2017 el Servicio Nacional de Aduanas ha confiscado cerca de 26 millones de productos por atentar contra la ley de propiedad intelectual e industrial. Esto supone un 73% más que en 2016, en el que se incautaron casi 15 millones de productos. El valor en el mercado de estos artículos asciende a cerca de 96 millones de dólares, un 142% más que en 2016 durante el que se requisaron aproximadamente 40 millones de dólares en especies que violaban las leyes de propiedad industrial.
Los juguetes y la ropa siguen siendo los principales objetos incautados, seguidos de gorras y calzado. Sin embargo, la piratería alcanza otros sectores menos tradicionales, como muestra las últimas incautaciones de medicamentos o lentes de contacto falsificados, sin visación ni certificado de salud correspondientes. Además, la proliferación de cosméticos falsificados preocupa especialmente a las autoridades ya que no cuentan con ninguna certificación de salud. Entre 2016 y 2017, estos aumentaron un 350%.
Según Felipe Pavez, socio de Villaseca Abogados, las autoridades están haciendo un especial esfuerzo en el control del tráfico ilegal de estos productos, como muestra el aumento año tras año de las especies incautadas; pero aún hay mucho que hacer. “Básicamente, lo que falta es un esfuerzo coordinado y multisectorial, enfocado en la educación y en la creación de conciencia en la población, ya que no existe un real conciencia sobre las implicancias que tienen estos ilícitos, y se les percibe aún como algo menor, casi inofensivo, en circunstancias que sus efectos pueden ser incluso más dañinos y graves que los meramente económicos”, afirma el socio de Villaseca Abogados.
Para reconocer las imitaciones lo primero que hay que analizar con detenimiento es el empaque. En el caso de prendas de vestir o complementos, es importante revisar los logos (normalmente difusos en las imitaciones) o en sus etiquetas. En el caso de los medicamentos, hay que verificar que contengan el número de registro en el ISP, así como que su caja esté sellada.